septiembre 04, 2009

Herbert von Karajan (1908-1989)

Nacido en Austria, fue uno de los directores de orquesta más famosos del siglo XX. Dirigió la Orquesta Filarmónica de Berlín por 35 años.

El pequeño Herbert

Era hijo de una familia de la alta burguesía de Salzburgo, de ancestros griegos. Estuvo en contacto con la música desde su infancia, puesto que su padre era clarinetista aficionado y su hermano organista. El primer instrumento del pequeño Herbert fue un piano. Cuando se trasladó a Viena, su interés pasó a ser la dirección orquestal.

Su maestría sin igual

Reverenciado y detestado, siempre polémico, si hay un músico que represente mejor que nadie la dirección orquestal durante el siglo XX, ése ha sido Von Karajan. Por un lado su carisma, su forma apasionada de acercarse a la música, su capacidad única para arrancar las más brillantes sonoridades a la orquesta (aunque basado en una realidad, se ha convertido ya en un tópico hablar del «sonido Karajan») y, por otro, tanto su culto a la técnica y los estudios de grabación como su profundo conocimiento del mercado discográfico lo convirtieron en la batuta más popular y aclamada de toda la centuria y también en una de las más vilipendiadas por quienes le criticaban su afán megalómano, su superficialidad a la hora de afrontar el repertorio y su conservadurismo estético, cerrado a las nuevas corrientes musicales de su tiempo. Acusaciones que, siendo ciertas en el fondo, no pueden hacer olvidar su magisterio en la interpretación de las grandes obras del repertorio sinfónico y operístico romántico, con Beethoven, Chaikovski y Richard Strauss a la cabeza.



Su impulso en la época de Hitler

En 1934, dirigió la Orquesta Filarmónica de Viena por primera vez.

Su carrera tomó un giro durante el régimen de Hitler. En ese entonces, las mejores batutas se hallaban en el exilio y Karajan fue la nueva promesa de la escuela de directores de Alemania. En 1935, su carrera tuvo un impulso significativo cuando se inscribió como miembro del Partido Nazi. En ese mismo año fue nombrado el director de orquesta alemán más joven. Dos años más tarde debutó con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Ópera Estatal de Berlín. A pesar de todo su éxito obtenido, el Tercer Reich lo recibió con desdén después de que se equivocase en un concierto de gala para los reyes de Yugoslavia. Al dirigir sin la partitura, se perdió y las cantantes se detuvieron. Furioso, Hitler ordenó que no volviera a dirigir en el festival anual de Bayreuth mientras él viviera y así fue. Después de la guerra, Von Karajan hizo lo más que pudo para no recordar aquel vergonzoso y no tan glorioso incidente que quizás salvó su carrera en la postguerra.

La postguerra

En 1946, Von Karajan dio su primer concierto en la postguerra, en Viena con la Orquesta Filarmónica de Viena, pero después se le prohibió ejercer la dirección por las autoridades de la ocupación rusa, debido a su afiliación al Partido Nazi. Aquel verano, participó anónimamente en el Festival de Salzburgo. Al siguiente año, se le permitió seguir dirigiendo.

Orquesta Filarmónica de Berlín

En 1954, Von Karajan aceptó la dirección de la Orquesta Filarmónica de Berlín, cuya dirección había constituido desde siempre uno de sus más anhelados objetivos. Asumió la dirección imponiendo la condición de que su plaza fuera vitalicia. Juntos realizaron apariciones por todo el mundo. En 1955 la orquesta realizó su presentación en Nueva York, desde donde comenzó una gira por los Estados Unidos. En total, entre 1955 y 1958, el director y la Filarmónica de Berlín tocaron 105 conciertos en Estados Unidos. Otros viajes internacionales bastante notables incluyen: 11 visitas a Japón, el tour de 1984 que también los llevó a Corea, y, en 1978, sus primeros conciertos en China.


Un video muy bueno

Un dato curioso

Von Karajan jugó un papel importante en el desarrollo del formato original del disco compacto, ya que apoyó esta nueva tecnología de grabación y apareció en la primera conferencia de prensa que anunció el formato. Los primeros prototipos de CD tenían una duración limitada a apenas sesenta minutos y a menudo se afirma que se amplió hasta los 74 minutos a instancias de Von Karajan, para que así cupiera en un solo disco la Sinfonía nº 9 de Beethoven. Sin embargo, los inventores del CD niegan este hecho.

Algunas anécdotas

Algunos lo consideraban excesivamente egocéntrico. Cuando dirigió Wagner en la Ópera del Metropolitan, dispuso que el podio del director estuviese colocado de modo que lo situase a la vista del público. En grabaciones operísticas de Verdi, cambió el balance de tal modo que resaltase el sonido de la orquesta en la mezcla final, todo para enfatizar su rol en la interpretación. Los críticos lo comparan con Leonard Bernstein, destacando que ambos directores "no tuvieron igual en su magistral histrionismo en el podio". De hecho, con su grupo de Berlín que conocía íntimamente, recordaba a Fritz Reiner en su economía de movimientos. También dirigía con frecuencia con los ojos cerrados.