mayo 17, 2009

Sinfonía Nº 40 de Mozart (KV 550)

Escrita en sol menor en un período extraordinariamente creativo para Mozart (verano de 1788), es la penúltima sinfonía de Mozart.

Como ocurre con la Sinfonía n.º 41, no existe ninguna prueba documental de que la obra llegara a estrenarse en vida del compositor. Al parecer Mozart revisó su sinfonía y aún se conservan los manuscritos de ambas versiones. Como comenta Zaslaw, eso "demuestra que [la sinfonía] fue interpretada, porque Mozart no se habría tomado el trabajo de añadir las partes de los clarinetes y de reescribir las de las flautas y los oboes para acogerlos, si no las hubiese escuchado en una actuación en directo.

La sinfonía está orquestada (en la segunda versión) para una orquesta compuesta por flauta, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 2 trompas y una sección de cuerdas.

En general, casi todos han coincidido en afirmar que la sinfonía posee un tono trágico y es intensamente emocional.

Mozart, sirviéndose de todos los recursos de la técnica musical y sin abandonar los medios propios del estilo clásico, consiguió que su drama personal quedara patéticamente reflejado en ésta obra. Aunque la escritura de la Sinfonía n.º 40 no es particularmente innovadora y su orquestación es incluso más reducida de lo habitual, la compleja estructura de los movimientos corresponde a un deseo de profundidad en los más íntimos sentimientos del alma humana.

La obra está estructurada de forma convencional para el período clásico: cuatro movimientos, rápido, lento, minuet y rápido:

1. Molto allegro



2. Andante



3. Menuetto: Trio



4. Allegro assai



Todos los movimientos, con la excepción del tercero, están escritos en forma sonata. El minueto y el trío están compuestos en forma ternaria.

2 comentarios:

MIGUEL dijo...

por fin musica que abre el alma. mueve los sentimientos transportandonos al eden. gracias

Carolina dijo...

Un placer ;)